Abajo ya te espera toda una comitiva de sirvientes con un verdadero banquete para el desayuno servido en recipientes relucientes y exclusivos. Cuando estás satisfecho y con las energías repuestas te diriges hasta un inmenso armario donde cada accesorio presente tiene el nombre o las siglas de prestigiados diseñadores: trajes, agendas, relojes, bolsos, cadenas, lentes, zapatos, etc. Todo en ese lugar es exclusivo.
Después de vestir con lo que consideras apropiado para el día vas hasta el garaje y ahí te encuentras con tus grandes amores: Ferrari, Rolls Royce, Porsche, Lamborghini… no sabes cual escoger y cuanto estás a punto de hacerlo recuerdas que se te olvido algo: la bebida. Vas hasta tu pequeña guarida donde te esperan las botellas más costosas del mercado, tomas una sin pensarlo demasiado y te subes a tu Lambo para ir al aeropuerto donde te esperan tus amigos. Después de una breve pausa para los trámites abordas tu jet privado y despegas a St. Tropez.
En St. Tropez el ambiente parece perfecto y, después de pasar gran parte del día y de la tarde festejando entre mujeres hermosas y sitios llenos de lujo y exclusividad a la orilla de la playa, el grupo está de acuerdo con ir a festejar a un exclusivo restaurante de la zona para cerrar con broche de oro. Una vez aquí, después de algunas horas de pura diversión, pides la cuenta y el mesero te muestra un ticket por 107,524 euros. Contrario a la mayoría de los simples mortales, ni siquiera te inmutas por la cantidad y le extiendes tu American Express al mesero.
Parece una historia inventada, ¿no? Pues sí, lo es, pero ciertamente existen personas en este mundo a las que si algo les sobra es el dinero. Y algunos de estos individuos ni se inmutan en exhibir sus costosas costumbres en las redes sociales, principalmente en Instagram. Estos son los niños ricos de Instagram.
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